Movimientos sociales

Los movimientos sociales se caracterizan por ser muchos y muy diversos. Diversos tanto en las temáticas que abordan como en la forma de abordarlas, sus ideologías, la forma de organizarse, las estrategias para incidir en el ámbito social y político,… Y tienen en común que aspiran al cambio, a la transformación total o parcial de lo establecido, de lo que se conoce como el statu quo.

Si tuviéramos que poner nombre a los movimientos sociales, mencionaríamos el movimiento obrero, el movimiento feminista, el pacifista… Algunos de los movimientos sociales, especialmente el obrero y el sufragista (precursor del movimiento feminista), tienen sus raíces y orígenes en el siglo XIX y se consideran como movimientos sociales clásicos.

La eclosión de los movimientos sociales, sin embargo, se da en el siglo XX, y especialmente en la década de los setenta. En esta década aparecen y se desarrollan los movimientos ecologista, feminista, pacifista, antirracista, antinuclear, por los derechos civiles… Y con ellos aparece el concepto de Nuevo Movimiento Social. A finales del siglo XX y principios del siglo XXI se desarrollan más tipologías de nuevos movimientos sociales, muchos de ellos con un claro contenido antisistema y altersistema. Ejemplos de estos movimientos son el 15-M, el foro social mundial, ATTAC,…

Geográficamente, también encontramos especificidades en los movimientos sociales. Éste sería el caso de los movimientos campesinos con mucha presencia en América Latina. De hecho, el más conocido de estos movimientos es el MST (Movimiento de los Sin Tierra) de Brasil que pone sobre la mesa la discusión en torno a la propiedad de la tierra, la distribución de la tierra en Brasil y el derecho a cultivar y trabajar la tierra. En otros espacios, como México o Guatemala, el movimiento de pueblos indígenas plantea y reclama el respeto por sus derechos.

En África los movimientos sociales contra la pobreza o contra las políticas económicas impuestas por las organizaciones financieras internacionales (Banco Mundial o Fondo Monetario Internacional), los movimientos independentistas y por los derechos políticos y de las mujeres han sido muy importantes. Son hitos de los movimientos sociales en África la llamada Primavera Árabe y las revueltas sociales en Nigeria, Mozambique o Burkina Faso por el incremento de los precios de los alimentos. Por su parte, en Asia los movimientos medioambientales están adquiriendo mucha fuerza, así como los movimientos sociales que claman por la democracia o que luchan contra las políticas energéticas y de alimentos. Son interesantes los movimientos de base que se articulan en zonas como Aceh (Indonesia) o Timor del Este, donde ha habido un importante aterrizaje de ONGs y organizaciones internacionales para apoyar el desarrollo. Estos movimientos, principalmente de mujeres, reclaman mayor protagonismo en las decisiones que se toman y que las afectan directamente.

Existen numerosas definiciones de movimientos sociales y de nuevos movimientos sociales. Podemos encontrar definiciones como la de Sztomka, que afirma «entendemos por movimientos sociales los colectivos vagamente organizados que actúan de forma conjunta y de manera no institucionalizada con el fin de contribuir al cambio en su sociedad», o como la de Anthony Giddens, más conservadora, que define movimiento social como aquel «intento colectivo de luchar por un interés común o de garantizar que se llega a un objetivo compartido, mediante una acción colectiva que tiene lugar al margen de la esfera de las instituciones establecidas «.

¿Cuáles son las características de los movimientos sociales?

  • En cuanto al tipo de estructura organizativa, tienen un carácter informal. Es decir, no están constituidos como organizaciones, no tienen carácter jurídico,…
  • En cuanto a su permanencia, son diversos. Hay movimientos sociales que son permanentes en el tiempo, como el movimiento obrero, y otros que no se plantean su duración.
  • Que llevan a cabo acciones de movilización social. Esta movilización social es necesaria para transformar e impulsar el cambio que los movimientos sociales piden. Con la movilización social se evidencia el conflicto entre la situación actual (la que se quiere cambiar) y la deseada, y se articulan las estrategias de incidencia política y social que llevará a cabo el movimiento.

Una de las tipologías de movimientos sociales más claras, la realizada por Alberto Melucci (citada en el Manual de Ciencia Política, Alianza Editorial) diferencia los movimientos sociales en función de los fines u objetivos del movimiento, y distingue entre:

  • Movimientos reivindicativos: tienen como objetivo que cambien las normas y las formas en que se reparten los recursos económicos, sociales,…
  • Movimientos políticos: tienen como objetivo el sistema político y, específicamente, quieren cambiar como se participa políticamente y también cómo se accede a la participación política. Su idea es que accediendo y cambiando la forma de participar políticamente, se cambiará también el equilibrio de fuerzas.
  • Movimientos de clase: aspiran a la reorganización diferente de los ámbitos social, político y económico (con un cambio del sistema productivo). Todo esto implicará un cambio en las relaciones de clase. Típicamente las relaciones de clase implican un enfrentamiento entre la clase dominante/capitalista (que tiene la propiedad de los medios de producción) y la clase obrera.

La globalización y el acceso generalizado a las tecnologías de la comunicación (especialmente, internet y los teléfonos móviles de última generación) han abierto nuevos escenarios para la acción colectiva, han permitido la expansión e intercambio de información, la coordinación de acciones globales y locales,… Ejemplos del impacto de la globalización en la acción y difusión de los movimientos sociales son el movimiento zapatista (en 1994), el 15-M (en 2011) o la primavera árabe (en 2013).

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