Agua y cultura
Como educadores debemos hacer todo el posible por favorecer este cambio cultural con unos objetivos básicos:
- Cultivar una visión holística e integradora para conservar los ecosistemas.
- Sensibilizar sobre la necesidad de una gestión equitativa que contemple el derecho al agua.
- Potenciar el sentido de corresponsabilidad para llegar a un consumo más responsable.
Cuando el cambio no viene motivado por la necesidad inmediata, no es fácil y requiere reflexión. La cultura nos permite reflexionar sobre la relación que en cada momento y cada lugar las personas tenemos con nuestro entorno, en este caso, con el agua. Detrás de esta relación se esconden unos determinados valores, consideraciones o intereses; averiguarlo nos permitirá razonar el cambio.
Las tradiciones, los valores sociales y las formas de vida nos dicen mucho sobre cómo las diferentes poblaciones o sociedades perciben y gestionan los recursos hídricos.
¿Cuál es nuestra cultura respecto al agua? ¿Cómo ha cambiado? ¿Quien o qué la ha cambiado? ¿Por qué se plantea un nuevo cambio? ¿Qué queremos? ¿Cómo se cambia? ¿Qué papel tiene la educación? ¿Qué es necesario hacer? … son preguntas que pueden motivar y orientar la reflexión.
Es conveniente que a lo largo de la escolaridad, en los diferentes ciclos y de acuerdo con la edad del alumnado, el profesorado vaya planteando actividades que permitan esta reflexión y en este sentido hacemos algunas propuestas: